Espinacas, el arma secreta de Popeye, así las recordamos muchos. Al igual que esa experiencia inolvidable de probar las espinacas enlatadas. Luego de eso muchos no quisieron volver a probarlas, pero la realidad es que las espinacas frescas tienen un sabor completamente diferente y aún cuando las cocinamos no se asemejan a aquella lata de hojas saladas y amortiguadas que nadie pudo consumir.

Las espinacas nos ofrecen muchos beneficios a la salud. Son una excelente opción cuando buscamos bajar de peso, ya que tan solo contiene alrededor de 7 calorías por taza. También su contenido de agua y fibra mejora el funcionamiento del sistema digestivo y previene el estreñimiento. No sólo eso, sino que son ricas en nutrientes como potasio, calcio, el fósforo, magnesio, hierro, zinc, yodo y selenio. Una taza te provee 156% de vitamina K, 56% vitamina A, 14% vitamina C, 15 % ácido fólico y vitamina E, B9, B3 y B2 entre otros.

Este alimento es rico en antioxidantes, lo cual nos ayuda cuidar a nuestro organismo desde el nivel celular, al combatir los daños que pueden producir los radicales libres. La presencia de antioxidantes y otros nutrientes mejoran el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico. Los nutrientes presentes en las espinacas pueden ayudar a la prevención de las cataratas. Su bajo contenido de sodio y mayor contenido de magnesio y potasio las hacen ideales para reducir la probabilidad de enfermedades cardiacas. Contienen variedad de fitonutrientes (compuestos presentes en organismos de origen vegetal) que mejoran el funcionamiento y la regeneración de tejidos en el cuerpo. Estos fitonutrientes también han mostrado la capacidad de inhibir el crecimiento de células cancerosas.

 

Cultivo

Existen básicamente tres tipos de espinacas: las de hojas rizadas, ligeramente rizadas y las de hoja lisa. Los tipos de hoja rizada y ligeramente rizadas son ideales para sembrar en otoño y las mismas se desarrollan mejor en climas más fríos. Las espinacas  de hoja lisa son ideales para climas tropicales, ya que se propagan bien en climas cálidos. Estas últimas crecen rápidamente y hacia arriba como la espinaca malabar. La espinaca malabar o trepadora es bastante común en Puerto Rico, es fácil de cultivar y la podemos cosechar todo el año.  

Sembrar la espinaca malabar resulta bastante sencillo, ya que podemos hacerlo directo en el suelo o en un envase que tengamos disponible. Sembramos la semilla a una profundidad de más o menos 1 pulgada, dejando un espacio de aproximadamente 4 pulgadas entre cada una. La semilla tomará de 7-10 días en germinar, esto va a depender de las condiciones del tiempo. Lo usual es que en temperaturas más cálidas se acelera el proceso. El suelo se debe mantener húmedo, pero debe existir un buen drenaje para evitar la acumulación de agua. Según comienzan a desarrollarse las plántulas debemos evaluar si es necesario trasplantar para proveerles espacio y que no compitan por los nutrientes; así cada planta se desarrollara de manera óptima.

La planta es una enredadera, por lo cual se le debe proveer algún soporte y por lo que sembrarla cerca de una verja o columna resulta práctico. Podemos optar por abonar mensualmente con algo de composta o fertilizante orgánico. La planta debe recibir luz solar, pero cuidado, ya que en Puerto Rico este puede ser bastante fuerte.  En verano pudiera quemar las hojas o el calor excesivo provocar que estas tengan un sabor amargo. Al cabo de 2 meses aproximadamente, ya podemos comenzar a cosechar nuestras hojas. Lo ideal es cosechar las hojas de la parte de afuera utilizando una tijera para no lastimar a la planta. Esta planta nos provee para poder cosechar semanalmente durante todo el año.

Si las cosechas o las compras es importante que se laven justo antes de consumirlas (son delicadas y la humedad puede estropearlas antes de tiempo). Para almacenarlas puedes hacerlo en una bolsa plástica en tu refrigerador. Aunque no te animes a cosechar tus espinacas dale una segunda oportunidad y pruébalas frescas.

 

 

 

Fuente:.informeagricola.com