Sudokus, acertijos, crucigramas, sopas de letras son algunos de los ejercicios mentales más conocidos para lograr una buena memoria. ¡Hoy te traemos los más originales, así que toma nota!

 

1. Interpreta la hora

¿Cuántas veces al día miras tu reloj? Interpretar la hora es una de las tareas más comunes en nuestra rutina, sobre todo cuando buscamos aprovechar al máximo nuestro tiempo.

Por tanto, un ejercicio muy práctico es cambiar los relojes digitales por los de aguja, ya que de esta manera nuestro cerebro hará un mayor esfuerzo en la interpretación de la hora, trabajando específicamente la memoria semántica, encargada del entendimiento de palabras, conceptos o símbolos.

2. ¡Leer, leer y leer!

La lectura es otro de los ejercicios de memoria más conocidos, ya que nos permite descubrir nueva información, ampliar nuestro vocabulario y estimular la memorización en un corto plazo.

Con una buena lectura comprensiva nuestro cerebro pone en marcha dos procesos: por un lado, el reconocimiento de las palabras y por otro, obtener el significado del texto, lo que potencia nuestra memoria de trabajo y en especial, nuestra atención. 

Te recomendamos además hacer el ejercicio de leer en voz alta, de esta manera perfeccionarás tu agilidad mental al llevar al límite tu entrenamiento cognitivo.

3. Mnemotécnicas

Se trata de un conjunto de estrategias que nos permiten memorizar un contenido de manera sencilla. Por ejemplo, el uso de acrónimos, acrósticos o relación con palabras claves son algunos de los trucos más usados para estimular nuestra memorización.

Asimismo, existen otras prácticas menos conocidas como la técnica del relato, el Palacio de la Memoria o el método Loci, una técnica muy usada por grandes emprendedores como el orador y experto en aprendizaje Jim Kwik.

Creada en la década de los 70 por el escritor Tony Bouzan, los mapas mentales son un método que presiona al cerebro a potenciar su pensamiento creativo, aprovechar al máximo el desarrollo de nuevas ideas y mejorar la memoria visual a través de ilustraciones.

 

‍4. Estimula todos tus sentidos

La memoria olfativa es una capacidad personal que nos permite captar momentos de nuestra vida que perduran con el paso del tiempo con tan sólo recordar un olor específico.

De hecho, según estudios, un adulto mayor solo recordará un 1% de lo que toca, un 2% de lo que oye, un 5% de lo que ve y un 35% de lo que huele, debido a que nuestro cerebro estimula la memoria episódica, encargada de almacenar experiencias pasadas que, junto con la semántica, permiten crear una mejor capacidad de memoria  largo plazo.

Pero, dentro de las actividades de estimulación cognitiva, el tacto también es un sentido que podemos perfeccionar para una buena memoria.

Existen trucos muy sencillos. Puedes colocar varias monedas en un envase e intentar adivinar su denominación utilizando únicamente el tacto. De esta manera, tu cerebro trabajará para recordar la forma y tamaño de cada moneda.

5. Trabaja tu mano no dominante

Bien seas zurdo o diestro, activa tu mano no dominante para actividades rutinarias como cepillar tus dientes o usar cubiertos para comer. 

Utilizar el lado opuesto de nuestro cerebro es uno de los ejercicios de estimulación cognitiva más desafiantes, ya que nuestra mente se ve obligada a trabajar el área de nuestro cerebro encargada de procesar el control de la mano que menos usamos.

 

6. Sorprende a la rutina

¿Qué pasa si mañana decides tomar el autobús en una nueva parada? ¿O quizás, en vez de usar el ascensor, subes por las escaleras a tu puesto de trabajo?

Estos pequeños cambios pondrán a prueba tu memoria de trabajo y te darán el poder de salir de tu zona de confort y probar cosas nuevas como aprender un nuevo idioma, tocar un instrumento o conocer nuevas personas que mejoren tu calidad de vida.

Quizás es un buen inicio para romper con malos hábitos e incluir otros más saludables.

7. Sé el autor de tu propia historia

La narración nos permite incluir una larga lista de elementos que podemos recordar con mayor facilidad y en poco tiempo. 

‍Justo antes de dormir, crea tu propia «película» y repasa todo lo que hiciste en el día, puedes incluir personajes, acciones y cualquier detalle posible que sirva de estimulación cognitiva.

8. ¿Qué es lo que hay en mi cuarto?

Otro de los ejercicios de memoria más prácticos es intentar memorizar los objetos de un sitio específico. 

Intenta dibujar un mapa mental de tu habitación, sala, cocina o un sitio completamente nuevo, y define la mayor cantidad de detalles que recuerdes para un mejor funcionamiento de tu memoria.

Fuente: tinyrockets.app