El estrés ocurre como respuesta a las presiones externas (laborales, sociales, etc) o internas, para poner a prueba la capacidad de respuesta de la persona. Sin embargo, cuando este es excesivo o no se controla, puede desencadenar en diversos trastornos físicos y emocionales. Estos últimos son los más comunes, y entre ellos están la ira, la ansiedad y la depresión.

¿Cómo se genera el estrés?

Resulta prácticamente imposible vivir sin estrés y, en dosis pequeñas, puede ser el impulsador de nuestros logros. Su función principal es alertarnos sobre circunstancias de emergencia o peligro, pero cuando se activa constantemente genera desgaste y agotamiento en nuestro cuerpo.

Entonces, ¿cómo afecta a mi salud?

Cuando no se sabe controlar el estrés o no se encuentra una forma para canalizarlo, este se convierte en un problema, que empezará a mostrarse con señales claras como ansiedad e irritabilidad. Este es el primer paso para poder detectar el estrés en una persona.

Luego, empezará a mostrarse en el físico: risa nerviosa, dolores de cabeza y espalda, boca seca, constantes ganas de orinar, etc. En este momento, podemos determinar que el estrés no ha sido dominado por el individuo.

El insomnio es otro padecimiento que pueda nacer a raíz de una vida llena de problemas y estrés. Incluso, algunas enfermedades pueden aparecer, no porque las defensas corporales se agoten, sino porque se debilitan. Las más comunes son:

La hipertensión arterial, que es una de las principales enfermedades que se desarrolla sin causa aparente, pero que está muy vinculada a las preocupaciones del día a día.

El aumento de peso es otro problema que puede ser ocasionado a causa del estrés en una persona, producto de la ansiedad que se genera. Esto podría conllevar a enfermedades más graves, como el cáncer, que suele tener mayores efectos negativos en las personas con obesidad.

Asimismo, los infartos, el acné, el envejecimiento prematuro, la caída del cabello, entre otros, son algunos de los problemas de salud que también son causados por el estrés.

Si bien, a veces es inevitable aprender a superar los momentos difíciles, es necesario poder manejarlos y canalizarlos.

Recomendaciones

“No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad”, decía Gabriel García Márquez. Te aconsejamos que te des el tiempo para hacer lo que más te gusta y así encontrar la tranquilidad que necesitas.

Una opción de gran ayuda para millones de personas es hacer ejercicio. Puedes empezar por hacerlo durante 15 y 45 minutos, con una intensidad que represente entre el 30% y 60% del máximo que cada persona admite. Te sugerimos caminar, montar en bicicleta o saltar sobre obstáculos.

Otras formas saludables de combatir el estrés son: el yoga, tomar vacaciones o descansos regulares, escuchar música relajante, obtener la cantidad adecuada de sueño, y tener una alimentación sana.

Y no olvides reírte. La risa reduce considerablemente el nivel de hormonas que desarrollan el estrés, como el cortisol, y aumenta el nivel de hormonas que mejoran la salud, como las endorfinas, y las células productoras de anticuerpos.

 

Fuente: oncosalud.pe