Además de sus efectos a corto plazo, un sueño inadecuado afecta la salud general de diversas maneras. La diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la obesidad y la depresión se han relacionado con un sueño inadecuado.

Obesidad. 

Investigaciones clínicas muestran que un sueño breve se asocia con el exceso de peso corporal. Todos los grupos etarios, incluso los niños, parecerían verse afectados de la misma manera. Además, el análisis de muestras de sangre obtenidas de personas con un sueño inadecuado mostró cambios metabólicos similares a los observados en las personas obesas. Los investigadores creen que un sueño inadecuado podría provocar cambios en el hipotálamo del cerebro, que regula el apetito y el gasto de energía. Estos cambios en el cerebro podrían explicar cómo el sueño inadecuado contribuye al aumento de peso.

Diabetes. 

La falta de sueño se ha asociado con el desarrollo de la diabetes tipo 2. La duración y la calidad del sueño pueden predecir los niveles de hemoglobina A1c de una persona, que los médicos miden para controlar los niveles de azúcar en la sangre.

Enfermedad cardiovascular. 

La apnea del sueño, una afección en la que una persona deja de respirar momentáneamente mientras duerme, aumenta el riesgo de tener diversas enfermedades cardiovasculares como hipertensión, accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas coronarias y latidos cardíacos irregulares.

Presión arterial alta. 

Los investigadores descubrieron que incluso una sola noche de sueño inadecuado aumenta aún más la presión arterial en las personas que ya tienen hipertensión. Este podría ser uno de los factores que explican el mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares en las personas que duermen demasiado poco.

Trastornos del estado de ánimo. 

Si bien una sola noche de sueño inadecuado puede generarle irritabilidad y cambios de humor, un sueño insuficiente crónico puede provocar trastornos del estado de ánimo a largo plazo. Los problemas de sueño crónicos se han relacionado con la depresión, la ansiedad y otros malestares psíquicos. 

La privación de sueño extrema puede provocar un estado mental psicótico, con paranoia y alucinaciones, en personas que de otro modo parecerían saludables. Además, la alteración del sueño puede disparar episodios maníacos, incluida agitación e hiperactividad en personas maníaco-depresivas. El trastorno maníaco-depresivo es un trastorno del estado de ánimo en el que las personas tienen ciclos que van de  una gran euforia (puntos altos) a una gran depresión (puntos bajos).

 

 

 

Fuente: nichd.nih