Enero es el mes de la Concientización sobre la Salud Cervical, una oportunidad para correr la voz sobre los pasos que la mujer puede dar para prevenir y detectar el cáncer cervical o de cuello uterino.

¿Y cuál es la buena nueva? Que el cáncer es en gran medida prevenible y, si se detecta a tiempo, curable. La clave de la prevención es la vacunación, y la de la detección oportuna se reduce a dos pruebas.

El cáncer cervical se forma en la cérvix o cuello uterino, que es la parte inferior y más estrecha del útero que conecta con la vagina, y es causado por el virus del virus del papiloma humano (VPH). El Instituto Nacional del Cáncer calculó que, en 2016, 12,990 mujeres serían diagnosticadas con cáncer cervical en los Estados Unidos, de las cuales, 4,120 morirían a causa de la enfermedad.

Las pruebas de Papanicolaou y del VPH

Las dos pruebas para la detección del cáncer cervical son la de Papanicolaou (o de citología vaginal) y la del VPH. Según Shyam Kalavar, un citólogo (experto en la examinación de células en el microscopio) de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), el Papanicolaou se usa para detectar anormalidades en las células de la cérvix que podrían convertirse en cáncer cervical si no se tratan como es debido.

Cuando los resultados de un Papanicolaou muestran anormalidades, es necesario darle seguimiento o hacer pruebas adicionales. Las pruebas de seguimiento pueden incluir otro Papanicolaou, la del VPH para detectar la presencia de las cepas del virus con más probabilidades de causar cáncer o una biopsia de la cérvix. Existen más de 100 cepas diferentes de VPH, y no todas causan problemas de salud.

“Si el cáncer cervical se detecta a tiempo, es más fácil de tratar”, señala Kalavar. Como esta forma de cáncer por lo general es indolora, una mujer puede tenerla y no saberlo, lo que hace mucho más importante realizarse una prueba.

El Papanicolaou no es 100 por ciento infalible, y el cáncer cervical puede pasar desapercibido en un número reducido de casos. Pero por lo general toma años, si no es que décadas, para que las células anormales se conviertan en cáncer cervical. Las pruebas de Papanicolaou periódicas —como recomiendan las pautas para 2012 de la Sociedad Americana Contra el Cáncer, la Sociedad Americana de Colposcopía y Patología Cervical y la Sociedad Americana de Patología Clínica— deberán identificar los cambios a tiempo para su tratamiento.

Las mujeres también pueden hacerse una prueba para detectar la presencia de cepas de VPH de alto riesgo; un proceso conocido como “prueba combinada de Papanicolaou y VPH”. Es menos probable que la prueba combinada no detecte una anormalidad que la de Papanicolaou por sí sola. Además, las de detección del VPH están ahora aprobadas como pruebas primarias para la detección del cáncer cervical. Las mujeres tal vez deseen hablar de esta alternativa con su profesional de la salud.

La protección de la salud mediante la vacunación

La FDA aprobó el Gardasil 9, una vacuna que previene el cáncer cervical. “El Gardasil 9 funciona como otras vacunas que previenen enfermedades causadas por virus y bacterias. Dan pie a que el sistema inmunológico proteja contra la enfermedad”, explicó la Dra. Marion Gruber, PhD, directora de la Oficina de Investigación y Evaluación de Vacunas de la FDA.

El Gardasil 9 protege contra nueve cepas del VPH y tiene el potencial de prevenir alrededor del 90 por ciento de los cánceres cervicales, de la vulva, de la vagina y del ano, así como las verrugas genitales. El Gardasil 9 está aprobado para su uso en hombres y mujeres de entre 9 y 26 años de edad.

Las personas que son vacunadas antes de infectarse con las cepas del VPH contra las que protege la vacuna son las que tienen la mayor posibilidad de aprovechar todas sus ventajas. El Gardasil 9 no protege contra las enfermedades causadas por las cepas del VPH no contempladas por la vacuna, aclara la Dra. Gruber, añadiendo que no es un tratamiento (sino un preventivo) para la enfermedad del VPH o del cáncer cervical.

“Las mujeres, incluso las que ya han sido vacunadas, deben seguir haciéndose la prueba de Papanicolaou porque es fundamental para detectar el cáncer cervical y los cambios que lo preceden”, recomienda Gruber.

 

Fuente: fda.gov