Hipoacusia y sordera

Si bien tanto sordera como hipoacusia se refieren a una incapacidad para escuchar ciertos sonidos, la diferencia entre una y otra radica en los decibelios que se perciben en cada caso.

En general, cuando hablamos de personas sordas no siempre utilizamos con precisión este término. Normalmente calificamos como sordo a todo aquel que ha perdido la audición, sin embargo, esto no es correcto.

Debemos distinguir dos términos que están muy relacionados, pero que no son exactamente lo mismo: la hipoacusia y la sordera. Ambos conceptos aluden a la pérdida audición, sin embargo, tienen características distintas.

La diferencia principal entre la sordera y la hipoacusia es el grado de intensidad de la pérdida auditiva. Así, las personas que padecen hipoacusia sufren una pérdida auditiva que no supera los 70dB, y en cambio, las personas con sordera han perdido más de 70dB en su capacidad auditiva.

Es muy común que con la edad aparezcan problemas de audición. Este tipo de pérdida auditiva se llama presbiacusia, y para su detección temprana es fundamental realizarse pruebas auditivas, como las audiometrías, que evalúan el estado de la audición. Con ellas, podemos evitar además posibles complicaciones en el futuro.

Afortunadamente, la pérdida auditiva tiene remedio a día de hoy, siempre y cuando no se trate de anacusia, que es la pérdida total y absoluta de audición en uno o en ambos oídos. En los demás casos, en los que la audición no se ha perdido por completo, una de las soluciones auditivas preferidas por quienes quieren recuperar la audición son los audífonos.

Su tecnología de última generación y su diseño, discreto y vanguardista,convierten a estos dispositivos en una de las opciones perfectas para solucionar los problemas de audición. Sin embargo, cuando la pérdida auditiva es muy profunda es posible que se necesite un implante coclear para corregir este tipo de problemas auditivos.

 

Fuente: audifon.es