1. Aportan fibra insoluble

En efecto, la lignina es uno de los principales ingredientes de las setas, con 2,5 gramos por cada 100 gramos, donde la mayor parte es agua. Se trata de una fibra leñosa, de relativo valor biológico de cara a la microbiota pero muy buena como fibra de arrastre para limpiar el tracto intestinal y también por su capacidad de hincharse y dar consistencia al bolo.

2. Tienen un alto poder saciante

Precisamente esta capacidad de la lignina de retener agua e hincharse en el estómago, aumenta la sensación de estómago lleno tras la ingesta de setas y hace que no queramos comer tanto, que seamos más frugales y controlemos así la ingesta calórica previniendo la obesidad. Sobre el poder saciante te recomendamos: Siete alimentos para vigilar el peso sin recurrir a dietas milagro.

3. Contienen elementos antioxidantes

Un estudio de 2007 publicado en Journal of Nutrition destacaba el papel del aminoácido ergoteína, presente en la proteína de las setas, como un potente antioxidante con gran presencia en el champiñón silvestre, aunque no tanto en el industrial. El estudio destacaba además que dicho papel le confería un interesante papel preventivo ante distintos tipos de tumores. 

4. Tienen un bajo poder calórico

Como ya se ha explicado, su mayor porcentaje es agua y apenas suman 4 gramos por cada 100 de hidratos de carbono. Su poder calórico son 25 Kcal, lo que las hace un perfecto acompañamiento para todo tipo de platos o incluso solas, cuando hemos superado la ingesta diaria recomendada calórica pero tenemos hambre.

5. Aportan vitaminas y minerales imprescindibles

Según la Fundación Española del Corazón, que las recomienda como pieza clave en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares, las setas son ricas en hierro, fósforo, yodo, magnesio, selenio, calcio, potasio, zinc, además de vitamina A y vitaminas del grupo B (concretamente B1, B2, B3), así como C y vitamina D que autosintetiza con la luz solar, al igual que los humanos. Aunque su versión, la D3, parece no ser tan eficaz como la D2, si puede ayudar. Destaca también por su bajo aporte en sodio, por lo que tiene incidencia positiva sobre la presión arterial, aunque esta desaparece al salarlas.

6. Pueden aportar los aminoácidos esenciales

Al ser una vía evolutiva intermedia entre los vegetales y los animales, su proteína está más cercana a la de estos últimos, la nuestra, y por lo tanto se considera de superior valor biológico, ya que en algunos géneros como es el caso de Pleurotus sp (el de la seta de ostra), se pueden encontrar todos los aminoácidos esenciales, según un estudio

7. Pueden ser un sustituto de la carne

Tanto por su proteína, que aunque no es muy abundante es de alta calidad, como por su contenido en aminoácidos esenciales, y también por su sabor umami, las setas pueden ayudarnos a reducir la ingesta semanal de carne roja. 

8. Pueden mejorar la diversidad de la microbiota

Hay varios estudios que avalan que la lignina de las setas puede ayudar a mejorar la diversidad de la flora intestinal favoreciendo a ciertas bacterias que intervendrían en la reducción de la obesidad.

9. Aportan compuestos antiinflamatorios

Algunos de los hidratos de carbono de ciertas setas son ricos en betaglucanos, un polisacárido al que esta revisión le otorga grandes beneficios como antiinflamatorio y desarrollador del sistema inmunitario. Esta publicación también incide en el mismo sentido.

10. Ayudan a reducir el colesterol malo

Algunas setas son ricas en ácido linolénico conjugado, un ácido graso omega-6 que ayuda a reducir el colesterol metabólico malo o LDL. Además, sus cantidades son moderadas en relación a los suplementos de este ácido, que se han calificado de peligrosos tras algunos estudios en ratones

 

 

Fuente: eldiario.es