No se puede decir que la diabetes sea una enfermedad hereditaria, en el sentido de que no existe un «gen de la diabetes» que el padre o la madre puedan transmitir a sus hijos. Sí se ha demostrado que determinados genes pueden incrementar el riesgo de desarrollar diabetes, pero su presencia en nuestro ADN no implica necesariamente que tengamos o vayamos a tener diabetes. Hablamos, entonces, de una predisposición genética a la diabetes.

Entonces, ¿por qué existen personas con diabetes sin tener ningún antecedente familiar de la enfermedad y otras que se libran a pesar de tenerla? La razón es que, además del factor hereditario, entran en juego otros factores, como el entorno o el comportamiento. En otras palabras, será más probable que una persona con antecedentes familiares de diabetes que está expuesta a determinados factores de riesgo desarrolle diabetes a lo largo de su vida.

Sin embargo, el impacto de la herencia sobre tus hijos no será la misma si tienes diabetes de tipo 1 que si es de tipo 2.

Herencia y diabetes de tipo 1

Alrededor de un 10 % de las personas con diabetes de tipo 1 tienen algún familiar que también padece la enfermedad. Si tú o tu pareja tienen este tipo de diabetes, existe una pequeña posibilidad de que su hijo también se convierta en una persona dependiente de la insulina. Sin embargo, el riesgo es relativamente bajo: se sitúa entre el 1,3 % y el 4 % cuando la madre tiene diabetes de tipo 1, y entre el 6 % y el 9 % cuando es el padre el que padece esta enfermedad.

¿Qué puedes hacer para minimizar el riesgo de transmitir la diabetes a tus hijos? Desafortunadamente, no puedes hacer gran cosa, ya que aún no se conocen bien los factores ambientales que contribuyen a desencadenar la diabetes de tipo 1. Sin embargo, se están realizando ensayos clínicos para comprobar si es posible prevenir y detener la progresión de la diabetes de tipo 1 en personas en riesgo. 

Herencia y diabetes de tipo 2

El papel que desempeña la herencia en el desencadenamiento de la diabetes de tipo 2 oscila entre el 20 % y el 80 %. Si solo tú o tu pareja sufrís este tipo de diabetes, el riesgo de que vuestro hijo la desarrolle sería, de media, del 40 % [7]. Si ambos tenéis diabetes de tipo 2, el riesgo de que vuestro hijo también sea resistente a la insulina será de en torno al 70 %.

Pero, no te preocupes, la herencia de la diabetes de tipo 2 no es en absoluto inevitable, ya que el estilo de vida desempeña un papel crucial en su desarrollo [2.5,7,8]. Mediante la adopción de hábitos saludables, como una dieta variada y equilibrada, dormir bien, controlar el peso, practicar ejercicio físico regular y reducir el estrés, se reducirán las probabilidades de que tu hijo desarrolle diabetes de tipo 2, aunque tenga una predisposición genética.

Dado que los miembros de una misma familia suelen compartir el estilo de vida, te recomendamos concienciar a tus hijos sobre la diabetes de tipo 2 y ayudarlos a llevar una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable desde bien pequeños [2,5].

Fuente: makingdiabeteseasier.com