Las velas aromáticas pueden desprender compuestos volátiles y tóxicos que inciden en la salud humana. En este artículo abordamos las posibles consecuencias de ello.

Las velas aromáticas son un elemento decorativo muy popular en los hogares. Con sus fragancias dan un toque acogedor a los espacios y permiten crear una atmósfera de relajación. No obstante, algunos de sus componentes han sido señalados como tóxicos para el organismo. Entonces, ¿son buenas o malas para tu salud? En este artículo te lo explicaremos.

Un informe realizado por el Royal College of Physicians sobre el impacto de la contaminación del aire en la vida de las personas señaló que los elementos de uso recreativo, como velas, aromatizadores o varitas de incienso son potenciales fuentes de polución dentro de los hogares. Esto se debe a que liberan partículas tóxicas en el aire cuando entran en contacto con el fuego u otros elementos (ozono).

La mayoría de las velas comerciales parafinadas están hechas de productos derivados del petróleo, que al ser quemados liberan formaldehídos, plomo, benceno y tolueno. Todas sustancias ya estudiadas por causar reacciones adversas.

Efectos del uso de las velas aromáticas sobre nuestra salud

La exposición constante a las sustancias químicas liberadas por las velas aromáticas está asociada con problemas respiratorios como el asma, irritaciones en los ojos y en la piel y alergias comunes, según lo señala un estudio que realizó la Universidad Estatal de Carolina del Sur. 

En específico, aquellas con mecha de núcleo metálico liberan partículas de plomo y zinc, como lo identificó un estudio publicado por la Universidad de Michigan. Estos componentes influyen en problemas reproductivos, causan anemia, disfunción renal y efectos neurológicos.

El vínculo con el asma

El asma es una enfermedad crónica inflamatoria de las vías respiratorias. Los bronquios reaccionan en exceso en estos pacientes y se cierran ante el contacto con sustancias estimulantes.

Se especula que la combustión de las velas aromáticas pudiera derivar en exacerbaciones del asma. Esto significa que no genera la enfermedad en sí misma, sino que incrementa los episodios anuales de crisis de broncoespasmo. En estas agudizaciones las personas padecen broncoespasmos severos que impiden la correcta ventilación y mecánica respiratoria.

Aunque hay discusión al respecto, no resulta ilógico el planteo, más allá de la evidencia científica. Cualquier compuesto que se encuentre en el aire y que el cuerpo reconozca como extraño o alérgeno será capaz de incidir en una respuesta alérgica. Del mismo modo se puede asociar esto a las dermatitis por contacto.

Fuente: https://mejorconsalud.as.com