Los cigarros electrónicos fueron creados para no provocar daño a la salud, y son considerados como una nueva forma de fumar y así poder dejarlo. Son considerados como dispositivos que funcionan con pilas y su forma es similar a la de un cigarrillo. Hasta convertirse en una moda en Europa, e irse expandiendo alrededor del mundo.

Dentro de este aparato se utilizan cartuchos llenos de un líquido que contienen nicotina, aromatizantes y otras sustancias químicas. Trabaja a través de un calefactor que transforma el líquido en vapor y que el consumidor se encarga de inhalar. Por eso se habla de “vapear”, en vez de fumar.

Al observar este proceso de inhalación un equipo de investigadores de Reino Unido y Estados Unidos están midiendo el impacto de los cigarrillos electrónicos en la salud. El trabajo publicado en la revista Thorax, demuestra que el cambio en la composición química causada por el vapeo aumentaría la citotoxicidad y además la presencia de nicotina podría agravar los efectos citotóxicos y proinflamatorios. Afectando a los macrófagos alveolares, siendo una población única de células de pulmón que elimina los irritantes en el aire y los agentes infecciosos, a la vez que coordina el inicio de la resolución de la inflamación pulmonar.

Por lo tanto, las alteraciones en la función podrían aumentar el riesgo de infección y aumentar la susceptibilidad a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. También evaluaron los efectos del cigarrillo electrónico con y sin nicotina en los macrófagos alveolares humanos para determinar si este es un componente clave y determinar si los antioxidantes anulan cualquiera de los efectos.

La investigación se realizó mediante un procedimiento mecánico para imitar su funcionamiento y producir el vapor. Al extraer macrófagos alveolares de muestras de tejido pulmonar proporcionadas por ocho personas no fumadoras, que nunca habían sufrido asma ni enfermedades respiratorias.

También destacan que “el cigarrillo electrónico es cada vez más popular, pero la mayor parte de las investigaciones actuales sobre sus efectos se han centrado en la composición química del líquido del cigarrillo antes de que se vacíe”

Los resultados mostraron que el condensado era significativamente más nocivo para las células que el líquido del cigarrillo electrónico y que estos efectos empeoraron a medida que aumentaba la ‘dosis’.

Así uno de los investigadores Thickett destaco que: “No creo que los cigarrillos electrónicos sean más dañinos que los cigarrillos comunes. Pero debemos ser cautelosos sobre si son tan seguros como se nos hace creer. Son más seguros en términos de riesgo de cáncer, pero si se utilizan durante 20 o 30 años y pueden causar una inflamación de pulmón, es algo que debemos saber”

Por fortuna, actualmente México es uno de los países en los que la venta de cigarros electrónicos se encuentra prohibida por el artículo 16 de la Ley General para el Control del Tabaco, en el que se estipula que se prohíbe “Comerciar, vender, distribuir, exhibir, promocionar o producir cualquier objeto que no sea un producto del tabaco, que contenga alguno de los elementos de la marca o cualquier tipo de diseño o señal auditiva que lo identifique con productos del tabaco”.

En este mismo sentido, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha emitido comunicados de prensa donde recuerda que los e-cigs (cigarros electrónicos)  “no cuentan con registro sanitario como medicamentos o dispositivos médicos” por lo que el uso supuestamente terapéutico no ha sido comprobado por dicha institución.

 

 

 

Fuente: www.notiexposycongresos.com