La enfermedad de células falciformes (también conocida como «enfermedad drepanocítica» o «drepanocitosis») es una afección en la que los glóbulos rojos no tienen la forma que deberían tener. Normalmente, los glóbulos rojos tienen el aspecto de discos redondeados. Pero en la enfermedad de células falciforme, los glóbulos rojos son en forma de hoz o de luna creciente.

Estas células en forma de hoz se pegan entre sí con facilidad, y obstruyen vasos sanguíneos de tamaño reducido. Esto impide que la sangre llegue adonde debería llegar, lo que puede generar dolor y lesiones en los órganos.

Cuáles son los signos y los síntomas de la enfermedad de células falciformes?

La gente con enfermedad de células falciformes puede tener crisis de dolor. En una crisis de dolor:

  • Se puede tener dolor en cualquier parte del cuerpo.
  • El frío, el estrés, la enfermedad o la deshidratación pueden desencadenar el dolor.
  • Los episodios de dolor pueden ser de corta duración (durando solo unas pocas horas), durar varios días o incluso más.
  • A veces, el dolor se puede controlar en casa. Pero las personas con dolor grave se pueden tener que tratar en un hospital.

Las personas con una enfermedad de células falciformes suelen tener una cantidad reducida de glóbulos rojos en la sangre, o anemia. Entre los signos de la anemia, se incluyen los siguientes:

  • palidez, a menudo vista en la piel, los labios y las lúnulas (espacios blanquecinos semilunares de la raíz de las uñas).
  • cansancio y fatiga
  • mareos
  • falta de aliento
  • sensación de desfallecimiento (como si se te fuera la cabeza)
  • estar irritable
  • dificultades para prestar atención
  • ritmo cardíaco rápido

Las personas con anemia falciforme pueden desarrollar ictericia (la piel y el blanco de los ojos adquieren una tonalidad amarillenta). Esto ocurre porque los glóbulos rojos en forma de hoz se descomponen más deprisa que los glóbulos rojos normales.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de células falciformes?

La enfermedad de células falciformes se suele diagnosticar nada más nacer mediante un análisis de sangre que forma parte de las pruebas de cribado neonatal. Si un lactante puntúa positivo en la prueba de cribado, una segunda prueba (llamada electroforesis de hemoglobina) confirmará el diagnóstico.

 

 

Fuente: kidshealth.org