Mucho hay escrito sobre bullying y sobre cómo podemos apoyar a nuestro hijo si está siendo víctima de algún tipo de abuso físico, verbal o psicológico por parte de sus compañeros en el colegio o en algún otro lugar donde pueda estar enfrentando este tipo de agresión; sin embargo, poco se habla acerca de quienes ejercen este tipo de abuso: de los niños o jóvenes abusadores que dan lugar a estas situaciones.

Es importante para todos conocer aquellos factores que determinan que un niño pueda llegar a tener estos comportamientos: ¿Cuáles son las causas de que un niño se vuelva agresor?

 

1. Violencia al interior de la familia:

Es muy común que los niños agresores vengan de una dinámica familiar violenta; si crecen en un ambiente donde se vive de cerca la violencia y el abuso verbal, físico o psicológico ya sea entre sus padres, de sus padres hacia él, o de algún hermano o tío es una realidad que aprenderá a seguir estos patrones y/o encontrará en el bullying una forma de desahogar sus propios sentimientos de inseguridad, angustia y enojo contenido.

2. Darles mal ejemplo:

Si los niños ven que sus padres se expresan despectivamente de otros, son poco sensibles a los demás, se divierten poniendo nombres y se ríen de las fallas ajenas, seguramente que ese modelo lo llevarán a sus propias relaciones. Incluso hay padres que les parece divertido reírse y burlarse juntos de algunos de los compañeros de sus hijos y luego se preguntan por qué su hijo terminó en un problema de bullying.

3. Falta de límites:

Niños que están acostumbrados a tener siempre lo que desean, a no frustrase nunca, a traspasar los límites sin que haya ninguna consecuencia, a gritar, insultar y pegar sin que pase nada, es muy posible que vayan más allá.

4. Exposición a contenido violento:

Sobra decir que la exposición a videojuegos que cada día son más agresivos y violentos, a películas o a programas de televisión, sin supervisión, pueden ser generadores de agresión en los niños y jóvenes.

5. Malas Amistades:

En ocasiones ciertas amistades pueden influir perjudicialmente en los comportamientos de los niños y jóvenes quienes empiezan a imitar comportamientos agresivos. Por otro lado, muchas veces actuar en pareja o grupo les da una sensación de seguridad y les hace sentir que su conducta agresiva es aceptable.

6. Falta de habilidades sociales:

Hay quienes tienen dificultades para vincularse y conectarse con los demás porque no cuentan con las habilidades sociales necesarias y al no lograr sentirse realmente integrados adoptan patrones agresivos con los más débiles muchas veces en busca de lo que ellos creen que será “aceptación” del grupo.

 

Qué hacer si nuestro hijo hace bullying en cinco pasos

Los padres que de pronto se dan cuenta de que su hijo está acosando a otros niños reciben de pronto un tremendo golpe. La gran duda es: ¿Qué hacer si nuestro hijo es uno de ellos?

  1. Detectarlo y aceptar que hay un problema. El primer paso es detectarlo y reconocerlo, lo cual, aunque doloroso, es inminente para poder tomar acciones y ayudarle.
  2. Buscar la causa de su comportamiento. Debemos tratar de definir desde cuando se está dando esta situación con nuestro hijo, ver si hay algún evento específico que haya podido desencadenar su agresión, revisar los aspectos mencionados anteriormente y si descubrimos cual puede ser la causa, tomar acciones inmediatas, especialmente si están dentro de la dinámica familiar.
  3. Tomar seriamente las quejas del colegio. Si el Colegio nos hace saber que hay una situación con nuestro hijo, es indispensable tomarlo en serio y hacer un plan de acción conjunto que incluya la reparación de la falta, la supervisión constante y las disculpas a quien haya resultado agredido.
  4. Hablarlo y definir consecuencias. Una vez que se ha hecho evidente que nuestro hijo está teniendo un comportamiento de este tipo debemos hablarlo con él, dimensionar el alcance de lo sucedido, encontrar juntos la forma de enmendar la falla y definir las consecuencias que tendrá que enfrentar en casa.
  5. Consultar un especialista. En algunos casos lo mejor es solicitar apoyo a un especialista para detectar que detona este comportamiento, que cambios se deben hacer a nivel familiar, como ser más consistentes con los límites, etc; y para que le ayude a él, a través de una intervención,  a cambiar esos patrones agresivos, manejar su enojo, desarrollar habilidades sociales, etc.

Fuente: guiainfantil.com