El dolor de cabeza, la irritabilidad y la indigestión pueden ser situaciones aisladas causadas por algún acontecimiento en particular. Sin embargo cuando se convierten en la regla y no en la excepción, quizás debamos prestarles más atención, porque pueden ser señal de que el cuerpo no está eliminando las toxinas como corresponde. Entre los principales signos de que el sistema de eliminación de tóxicos no está funcionando correctamente encontramos:

 

1. Fatiga constante

No importa las horas que duermas por día, porque siempre tienes sueño o te falta “combustible” para sentirte bien. Cuando el cuerpo trabaja a toda máquina para eliminar las toxinas es normal que nos sintamos cansados.

Si para lidiar con este problema bebes café o comes chocolates solo estarás empeorando la situación. Ten en cuenta, además, que la fatiga crónica puede ser la respuesta a un desequilibrio hormonal que está dañando tu sistema inmunitario.

 

2. Estreñimiento

Cuando algo no funciona bien en el estómago y el intestino el cuerpo no puede eliminar las toxinas a través de las heces.

El estreñimiento crónico es señal de intoxicación. Incluso si has aumentado la ingesta de fibra o si has cambiado tu alimentación y no ves cambios podría deberse a que necesitas una limpieza profunda de colon.

No olvides que durante años tu sistema digestivo ha ido acumulando desechos de los cuales no todos se excretan. Trata de consumir más frutas y verduras crudas para ayudar en el proceso.

3. Dolor de cabeza

Son variados los orígenes de la jaqueca. Sin embargo, debemos prestarle atención si aparece varias veces a la semana.

Si no puedes determinar por qué motivo tienes dolor de cabeza (no has tenido un día estresante, no has estado al sol, no has sufrido insomnio, etc.) entonces deberías plantearte la opción de desintoxicarte.

Ten en cuenta que la cefalea puede aumentar durante el proceso (algo que se conoce como “crisis curativa”).

4. Aumento de peso

Es verdad que bajar kilos es algo muy difícil y no así aumentar de peso para algunas personas.

No obstante, si a pesar del ejercicio y la dieta no notas cambios en la balanza (o incluso pesas más que antes) podría deberse a un problema hormonal.

¿Cuál es la relación con las toxinas? Que la función de las hormonas también puede intoxicarse y desequilibrarse por causa de los alimentos que consumimos o los hábitos que llevamos.

5. Problemas de concentración

¿Te cuesta cada vez más enfocarte en tus tareas? ¿Dejas cosas por la mitad porque tu mente “está en las nubes”? ¿Te resulta difícil tomar decisiones precisas?

La “niebla mental” es esa incapacidad para concentrarse y es muy habitual cuando el cuerpo tiene demasiadas toxinas acumuladas.

No cometas el error de beber café o alcohol para tapar el problema. Por el contrario, elimina los desechos a través de una dieta adecuada.

6. Depresión

A veces estás feliz y, de un momento al otro, te sientes la persona más desdichada del planeta.

El estado de ánimo cambia varias veces al día y le echas la culpa a factores externos como el tráfico, el trabajo, los problemas económicos o los quehaceres domésticos.

Sin embargo, también la depresión y la angustia pueden aparecer por llevar una alimentación poco saludable y por ende recargar de toxinas al organismo (que luego no las puede eliminar como corresponde).

Comienza una dieta sana y de a poco verás los resultados.

7. Insomnio

Si tienes pesadillas, te despiertas en medio de la noche y no puedes conciliar el sueño o te cuesta mucho dormir, tal vez pueda deberse a un exceso de toxinas.

Esto se debe a que interrumpe las funciones de la hormona melatonina (encargada de la relajación y el descanso).

  • A veces creemos que la solución es consumir somníferos o relajantes; sin embargo, se convierten en un arma de doble filo.
  • Cada vez se necesitan dosis más elevadas para conseguir efectos y además le sumamos más tóxicos al cuerpo.
  • Por ello recomendamos algunas técnicas, como la meditación o el yoga, antes de acostarse para conseguir un sueño reparador.

 

8. Dolores musculares

Es verdad que la vida que llevamos nos conduce a los dolores y contracturas musculares, sobre todo en la zona cervical o dorsal.

Sin embargo muchas veces pareciese como si, al no hacer nada, igual sufrimos rigidez.

Puede que se lo atribuyas a una mala noche, a una almohada nueva o al ejercicio pero si nada de ello provoca el dolor… ¿quién es el culpable? Las toxinas.

Cuando se encuentran en niveles elevados causan inflamación y, por ende, dolor y problemas de movimiento.

 

9. Acné

La piel refleja nuestra salud. Por ello es fundamental prestarle atención. Cuando el organismo desea eliminar toxinas lo puede hacer a través de diferentes vías.

Una de ellas es la dermis. Como consecuencia, aparecen granitos en ciertas zonas de la cara, torso o espalda.

Además el cutis se ve poco saludable, con poros dilatados y puntos negros.

Para evitarlo no solo tienes que hacer una limpieza y exfoliar, sino también prestar atención a lo que comes y que puede estar generando este problema.