El estrés es la forma cómo el cerebro y el cuerpo responden a cualquier demanda. Cualquier tipo de desafío—como el rendimiento en el trabajo o la escuela, un cambio importante en la vida o acontecimientos traumáticos—puede causar estrés.

El estrés puede afectar su salud. Es importante que prestes atención a la forma en que enfrentas a los acontecimientos estresantes de menor y de mayor importancia para que sepas cuándo debes buscar ayuda.

A continuación, las cinco cosas que debse saber sobre el estrés.

 

1. El estrés afecta a todos.

Todo el mundo se siente estresado de vez en cuando. Hay diferentes tipos de estrés y todos originan riesgos para la salud física y mental. Un factor estresante puede ser un acontecimiento que suceda una sola vez o que dure poco tiempo, o puede ocurrir repetidamente y durante un largo período de tiempo. Algunas personas pueden lidiar con el estrés más eficazmente o recuperarse de los acontecimientos estresantes más rápido que otras.

Algunos ejemplos de estrés incluyen:

  • El estrés de rutina está relacionado con las presiones del trabajo, la escuela, la familia y otras responsabilidades diarias.
  • El estrés provocado por un cambio negativo repentino, como la pérdida del trabajo, el divorcio o una enfermedad.
  • El estrés traumático que se experimenta en un acontecimiento como un accidente grave, la guerra, un asalto o una catástrofe natural en el que las personas pueden estar en peligro de sufrir heridas graves o morir. Las personas que tienen estrés traumático pueden mostrar síntomas emocionales y físicos temporales muy angustiantes, pero la mayoría se recupera naturalmente poco después. 

 

2. No todo el estrés es malo.

Como respuesta al peligro, el estrés le indica al cuerpo que se prepare para enfrentar una amenaza o huir a un lugar seguro. En estas situaciones, el pulso y la respiración se aceleran, los músculos se ponen tensos y el cerebro consume más oxígeno y aumenta la actividad. El propósito de todas estas funciones es la supervivencia y surgen como respuesta al estrés. En situaciones en que la vida no está en peligro, el estrés puede motivar a las personas, como cuando necesitan tomar un examen o entrevistarse para un trabajo nuevo.

3. El estrés a largo plazo puede perjudicar su salud.

Hacer frente al impacto del estrés crónico puede ser todo un reto. Debido a que la fuente del estrés a largo plazo es más constante que en los casos del estrés agudo, el cuerpo nunca recibe una señal clara para volver a funcionar normalmente. Con el estrés crónico, esas mismas reacciones del cuerpo que salvan vidas pueden alterar los sistemas inmunológico, digestivo, cardiovascular, del sueño y reproductivo. Algunas personas experimentan principalmente síntomas digestivos, mientras que otras pueden tener dolores de cabeza e insomnio, sentir tristeza o enojo, o mostrar irritabilidad.

4. Hay maneras de manejar el estrés.

Si toma medidas prácticas para controlar su estrés, puede reducir el riesgo de los efectos negativos para la salud. Los siguientes son algunos consejos que pueden ayudarle a sobrellevar el estrés:

  • Se observador. Reconoce las señales sobre cómo responder al estrés, como dificultad para dormir, aumento del consumo de alcohol y otras sustancias ilícitas, enfadarse fácilmente, sentirse deprimido y tener poca energía.
  • Habla con tu médico o con otro proveedor de atención médica. No esperes a que tu médico te pregunte si estás estresado. Inicia la conversación y obtén una atención adecuada para los problemas de salud existentes o nuevos. Los tratamientos eficaces pueden ayudar si el estrés está afectando tus relaciones o tu capacidad para trabajar. 
  • Haz ejercicio de manera regular. Una caminata diaria de tan solo 30 minutos puede ayudarte a mejorar tu estado de ánimo y tu salud.
  • Prueba una actividad relajante. Averigua sobre programas de relajación o bienestar que tal vez incorporen meditación, relajación muscular o ejercicios de respiración. Programa horarios regulares para estas y otras actividades saludables y relajantes.
  • Establece objetivos y prioridades. Decide qué debes hacer y qué puedes esperar hasta más tarde, y aprende a decir no a las tareas nuevas si te están imponiendo una sobrecarga de trabajo. Ten en cuenta lo que has logrado al final del día, no lo que no has podido hacer.
  • Mantente conectado. No estás solo. Mantentee en contacto con personas que pueden ofrecerle apoyo emocional y ayuda práctica. Para reducir el estrés, pida ayuda a amigos, familiares y organizaciones comunitarias o religiosas.

5. Si te sientes abrumado por el estrés, pide ayuda a un profesional de la salud.

Debes buscar ayuda de inmediato si tienes pensamientos suicidas, estás abrumado, sientes que no puedes lidiar con tus problemas o estás usando drogas o alcohol con más frecuencia como resultado del estrés. Tu médico puede referirte a un especialista. 

Fuente: nimh.nih.gov/