Los bronquios se inflaman, las vías respiratorias se estrechan y el aire que entra hacia los pulmones es insuficiente. Esto podría ser un resumen de lo que ocurre durante una crisis asmática. En medio de este panorama crítico, un inhalador puede ser la diferencia entre una situación muy peligrosa y el regreso a la normalidad. De hecho, los broncodilatadores más efectivos pueden tardar apenas 5 minutos para alcanzar su potencial máximo de alivio. No obstante, la efectividad de este implemento dependerá del uso correcto que el paciente le dé durante cada ataque.

Aquí explicaremos 5 tips valiosos para sacarle un mejor provecho a los inhaladores y paliar los efectos que provoca el asma.

Existen varios tipos inhaladores para el asma

Lo primero que debemos saber es que el mercado ofrece varios modelos de dispensadores. Cada uno de estos modelos está diseñado para adaptarse a las características de medicamentos muy específicos. Por ello, su uso dependerá del tratamiento impuesto por el médico especialista según lo que necesite cada paciente.

El secreto a la hora de utilizar un inhalador de cartucho presurizado

Este tipo de inhalador es práctico y se puede llevar dentro de la mochila. Puede haber algunas complicaciones en el dominio de la técnica para la ejecución las inhalaciones.

 

Con este dispensador se deben cuidar dos aspectos básicos.

  • En primer lugar, el paciente debe tratar de sacar la máxima cantidad de aire contenido en sus pulmones justo antes de realizar la inhalación.

 

Es posible que este paso sea algo complicado en medio de una crisis asmática.

  • Lo segundo tiene que ver con la sincronía que debe existir entre el instante en que volvemos a inhalar la medicina y el momento en el que presionamos el aparato de las inhalaciones.

 

Esto es lo que permitirá una aspiración total y efectiva del broncodilatador.

 

Otra versión de este dosificador para el asma, es la cámara de inhalación, la cual no exige tanta coordinación durante las tomas. El problema es que su gran tamaño lo hace poco manejable.

 

El inhalador de polvo seco requiere de fuerza y autocontrol

El dosificador de polvo seco es una de las opciones preferidas por los asmáticos. Ahora bien, esto no significa que este modelo no tenga sus propias dificultades.

  • Quienes utilizan este implemento está obligados a aspirar con mucha fuerza y esto podría llegar a ser algo doloroso.
  • Además, se debe aprender a distinguir cuando la sustancia entra a la cavidad pulmonar o cuando la misma no ha gozado del impulso suficiente.

La buena noticia es que este inhalador es manejable y cuenta con un indicador para saber cuál es la dosis exacta.

Cumplir con el tratamiento para el asma al pie de la letra

El problema con muchos de los pacientes con asma es que adquieren la mala costumbre de recurrir al medicamento con la única intención de superar las crisis coyunturales. Este es un grave error que se puede pagar con creces. Interrumpir un tratamiento de inhalación antes de los plazos prefijados por el médico puede ocasionar una recaída no deseada. Por el contrario, continuar al pie de la letra con las estipulaciones es lo que garantizará un efecto que se mantenga a mediano plazo. Fallar con la administración prescrita es algo muy común en los niños debido a que la sensación de la aspiración puede ser realmente molesta para ellos.

Los nebulizadores también tienen sus trucos

La realidad es que los nebulizadores fueron creados en un principio para facilitar la administración controlada de medicamentos en centros asistenciales autorizados.

El éxito comercial de estos fue lo que generó su incorporación al mercado y a los tratamientos para el asma. Utilizar un inhalador no es algo que deba tomarse a la ligera. Los pacientes que lo incorporan a su vida diaria deben evitar la automedicación y conocer cuál es la dosis exacta que requieren para tratar su caso particular. Añadido a esto, las soluciones tienen que ser preparadas a escasos instantes de la inhalación. En resumen, este dispositivo requiere de exactitud, asistencia y algunos conocimientos técnicos.

Vigilar la postura

La posición corporal es fundamental para garantizar un uso efectivo del inhalador. Los médicos recomiendan mantener una postura erguida, bien sea que decidamos sentarnos o permanecer de pie. Levantar un poco la barbilla puede ser de gran utilidad para motivar una mayor amplitud del sistema respiratorio y sus vías. Una vez hecha la aspiración, es prioritario mantener por diez segundos el aire para evitar que el fármaco se escape. Realizar cada uno de estos pasos de forma correcta será garantía de alivio, desahogo y pronta recuperación.

 

Fuente: mejorconsalud.com