Si hay un tratamiento que viene utilizándose con éxito desde tiempos remotos es, sin duda alguna, la fangoterapia. En el antiguo Egipto ya se aprovechaban las propiedades de barros, fangos y arcillas para curar heridas, golpes e incluso inflamaciones de órganos como el riñón, el hígado o el estómago. Hoy en día, el uso de estos elementos tiene un propósito más bien estético y cosmético, ya que sus propiedades contribuyen a tener una piel más radiante.

Es muy importante diferenciar entre fango y arcilla. Aunque se trata de dos tipos de barro, la arcilla se obtiene de la tierra, mientras el fango proviene del fondo del mar o de los manantiales. Son muy parecidos pero con ciertos matices ya que el fango posee una mayor cantidad de oligoelementos y por tanto sus propiedades y usos son mayores.

¿Quieres conocer sus bondades?

  1. El fango termal posee magnesio, cobre, zinc y silicio, grandes regeneradores celulares y encargados de reactivar la formación de elastina y colágeno. Por lo tanto, su uso es ideal para fortalecer y tensar el cutis, además de ser un estupendo regenerador celular y eliminar las toxinas alojadas debajo de la piel.
  2. Al igual que la arcilla, otra de sus grandes propiedades es la eliminación de los excesos de grasa. Debido a los minerales que posee y su gran propiedad de absorción, la fangoterapia es un excelente tratamiento para pieles grasas  propensas al acné, limpiando los poros en profundidad.
  3. Esta terapia también mejora y estimula la circulación sanguínea, tonifica y reafirma. Por estas propiedades es utilizada en ocasiones contra la celulitis.
  4. Dependiendo de la temperatura en que se aplique, podemos obtener distintos tratamientos. Por ejemplo, el fango utilizado a 45º es un excelente tratamiento para lesiones óseas, artritis o reuma, mientras que utilizado a 35º reactiva la circulación, relaja y tonifica los músculos.
  5. Los fangos, parafangos y arcillas se utilizan también en el tratamiento de reumatismos crónicos, lesiones articulares que cursan con procesos inflamatorios, dolores de espalda, e incluso como un medio de preparación para la aplicación posterior de terapias manuales.
  6. Se pueden utilizar como una técnica refleja aplicando calor localizado en la raíz nerviosa origen del segmento corporal que queremos tratar.
  7. Como todas las técnicas de termoterapia, los fangos y arcillas se usan como un medio para elevar la temperatura corporal y curar inflamaciones, particularmente en el cuello, los hombros y la espalda.
  8. Los fangos de piedra volcánica se usan tal cual o mezclados con parafinas u otras substancias que les confieren la densidad adecuada para su manejo en el tratamiento de lesiones musculares, pero también en temas estéticos. Los tratamientos se realizan diariamente y en periodos de tiempo de entre 15 y 40 minutos.

Recurre a las bondades de la fangoterapia para lucir una piel bella, no sin antes realizar una prueba se sensibilidad.

 

 

 

Fuente: salud180.com