Las ciruelas están cargadas de minerales y son una gran fuente de potasio. También son ricas en antioxidantes y bajas en calorías.

Mejoran la salud del corazón y reducen el colesterol

Las ciruelas son ricas en antioxidantes, por lo que combaten de forma natural a los radicales libres. De esta forma, previene enfermedades cardíacas. En consonancia con otras frutas, su contenido en fibra soluble inhibe la producción de colesterol en el hígado. De esta manera, el cuerpo consume el ya almacenado, reduciendo sus niveles.

Las ciruelas fortalecen la inmunidad y alivian el estreñimiento

Comer ciruelas mantiene a raya los típicos resfriados que aparecen en verano cuando de repente un par de días bajan las temperaturas de golpe para volver a subir dos días después. Aumentan la inmunidad y favorecen el desarrollo de tejidos sanos.

Las ciruelas mejoran la circulación de la sangre y combaten las cicatrices

Las ciruelas mejoran la capacidad del cuerpo para absorber el hierro. Este es importante para la producción de células sanguíneas, mejorando así la circulación. Como resultado, también ayuda al desarrollo de piel nueva, reduciendo la formación de cicatrices.

Por lo tanto, su consumo mejora el estado general de la piel, mejorando su textura y elasticidad y reduciendo la presencia de manchas oscuras y pecas resultantes de la exposición al sol.

Las ciruelas son buenas para los huesos

Estas frutas contienen boro, un elemento importante en la preservación de la densidad ósea. Además, son ricas en flavonoides y compuestos fenólicos, que frenan la pérdida de hueso.

 

Fuente: gadis.es