Restringe al mínimo el azúcar añadido

Que el azúcar es adictivo no es ya un secreto, como tampoco lo es que sus efectos son muy nocivos. Al ser lo único que se quema, suele convertirse en grasa.

Esta se queda en forma de michelines o cartucheras y, lo que es peor, en sustancias que engrosan la sangre y dificultan su circulación. Por tanto, vale la pena acostumbrar a los pequeños a vivir sin ella.

 

Hacerlo no es sinónimo de perderte su sabor. Hay alimentos muy dulces que, incluso, nos benefician. Entre ellos destacan:

  • La fruta
  • La miel
  • El algarrobo

 

Todos aportan mucha energía y un exquisito sabor.

 

Cocina la verdura de un modo divertido

La mayoría rechaza la verdura, pero esa negativa cambia si utilizas tus conocimientos culinarios para ofrecérselos de una manera más creativa.

 

Por ejemplo, en la gran parte de los supermercados ya comercializan hamburguesas de pollo y espinacas. Asimismo, puedes camuflarlas en las salsas de tus platos, así como en tartas o pasteles.

 

Lo ideal es que de forma progresiva vayas descubriendo los ingredientes, pero siempre a partir de que ya acepten con facilidad su consumo.

 

Fomenta una vida activa para evitar la obesidad infantil

El deporte es importante, pero tiene que ser un placer. Muchas veces cometemos el error de obligarlos a que practiquen el que nos gusta a nosotros. Sin embargo, si ellos disienten en nuestro gusto, además de negarse a hacer esa disciplina, pondrán una barrera con respecto a la actividad física.

 

Así, es esencial que los escuches y que vayan probando distintas alternativas hasta que den con aquella que les entusiasme. Recuerda que todos tenemos ciertos rasgos de nuestra personalidad muy marcada desde el inicio de la vida.

 

Involúcrate en sus rutinas

Esto es fundamental. No puedes hablarle de los peligros del tabaco con un cigarro en la mano, ni aconsejarle que vaya al gimnasio cuando tú no te mueves del sofá. Tú eres su héroe y su heroína, su espejo. Por tanto, tenderán a imitar aquello que vosotros hacéis. Después de todo, no hay nada que deseen más que vuestro reconocimiento. Por otra parte, vosotros también encontraréis los beneficios de tener una vida más sana.

 

Habla con confianza

Cuidar la salud emocional de nuestros hijos es muy necesario. Cuando se sienten inseguros o no se quieren lo suficiente, también decrece su deseo de cuidarse. Por ello, es imprescindible que sepas cómo se sienten y cuáles son sus problemas. De este modo, estarás en disposición de ayudarlos, disipar sus dudas y fortalecerlos cuando flaqueen. Sin ese amor propio, no lucharán por ellos mismos.

 

Por tanto, evitar la obesidad infantil significa acompañar a tus hijos en el camino de la vida sana, no se trata de una imposición. La salud debe ser para ellos un hogar, ni un suplicio necesario para sobrevivir. Para conseguirlo, lo deseable es que estés y que practiques con ellos, siempre con la idea de que el objetivo es el bienestar y no una talla de ropa.

 

Fuente: mejorconsalud.com/