La vista envejece. El paso del tiempo produce cambios tanto en la parte externa como interna del ojo produciendo entre otras cosas la aparición de la presbicia, resultado de un proceso natural.

La presbicia es una de las primeras demostraciones de que la vista cambia a partir de los 40-45 años. La generación X: aquellos nacidos entre los años 1965 y 1980 son los présbitas de hoy. Al llegar a los 40, la retina se vuelve más sensible y la visión cambia.

La presbicia no es una enfermedad, es un error refractivo consecuencia del endurecimiento del cristalino. Con el paso del tiempo, esta lente natural de ojo se vuelve menos elástica y, como consecuencia, su capacidad de enfocar los objetos cercanos, disminuye. Los primeros síntomas de la presbicia aparecen en torno a los 40 años (problemas para enfocar, alteraciones en la visión de cerca…) y suelen estabilizarse a los 60, pero la sobreexposición de la vista a las pantallas digitales está provocando la aceleración de los síntomas e incluso que se adelante su aparición.

Aunque la presbicia no se puede “curar” (no es una enfermedad, sino un proceso natural de desgaste), sí se pueden paliar sus efectos. Para ello, el uso de lentes progresivas es la solución más extendida

Enfermedades visuales asociadas a la edad

Nuestra vista cambia con el paso del tiempo. No sólo la presbicia o vista cansada es consecuencia directa del paso de los años, con la edad, es frecuente la aparición de problemas y enfermedades visuales relacionadas directamente con la edad.

El glaucoma es una enfermedad degenerativa. El riesgo de desarrollar esta enfermedad aumenta con cada década después de cumplir los 40 años. Las dificultades visuales asociadas al glaucoma son irreversibles y, por eso, es fundamental acudir a revisiones visuales anuales a partir de los 50 años

La Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) está muy relacionada con edad. Es un trastorno ocular que destruye lentamente la visión central (afecta a la mácula de la retina). Se trata de la primera causa de pérdida visual irreversible en el mundo occidental y afecta aproximadamente a un 30% de las personas mayores de 75 años.

Las cataratas son una patología visual asociada al envejecimiento. Empieza a manifestarse a partir de los 55 años y se calcula que casi 3 de cada 4 personas mayores de 75 años la padecen.

Cambios normales de la vista al envejecer

Además de las enfermedades oculares derivadas del paso del tiempo, el ojo y la visión experimentan cambios normales provocados por el paso de los años.

Pérdida de la capacidad de enfocar: suele aparecer a partir de los 40-45 años y más tarde para los que sufren miopía. El cristalino del ojo se vuelve cada vez más denso y esto puede afectar además a la percepción del color.

Sensibilidad a la luz: según el ojo envejece, la pupila se hace más pequeña y tenemos la necesidad de contar con más luz para ver bien. También es necesario más tiempo para ajustar nuestros ojos a los cambios de iluminación.

Ojo seco: la inflamación de la capa más externa del ojo es común a cualquier edad. La sobreexposición de los ojos a pantallas digitales y el paso de la edad hacen más frecuente este problema.

 

¿Cómo podemos mejorar nuestra salud visual a partir de los 40?

Las revisiones periódicas de la vista son aconsejables a cualquier edad, pero especialmente a partir de 40-45 años se recomienda revisar la tensión y el fondo del ojo, ajustar la graduación y hacer seguimiento de ametropías, errores refractivos y otros problemas visuales.

Para una correcta salud visual, vigila el tiempo que le dedicas a las pantallas digitales y los efectos perjudiciales de la luz azul nociva, para ello reduce el tiempo de exposición, mantén una postura correcta frente al ordenador y sigue la regla del 20, 20, 20: aparta la mirada de la pantalla durante 20 segundos cada 20 minutos enfocando a una distancia de 20 pies (6 metros). La alimentación y una rutina de deporte saludable también son consejos a seguir para una correcta salud visual antes y después de los 40.

 

Fuente: positive.varilux.es