No hay cena de Acción de Gracias que se precie en la que no se sirva un delicioso pavo horneado. Estudios realizados por Simon Young, un psicólogo investigador en Universidad McGill en Montreal (Canadá), han mostrado que aunque el triptófano puede inducir sueño -estimulando la secreción de serotonina-, la cantidad de este aminoácido que nuestro organismo es capaz de procesar por comer pavo durante la cena es menos de la necesaria para causar un efecto notable.

 

Young también señala que el pavo contiene sustancialmente menos triptófano que otras fuentes proteínicas y que es más probable que la razón para el «letargo» que se observa en muchos comensales tras la cena Acción de Gracias sea el resultado de beber alcohol y comer demasiados carbohidratos ricos en azúcares y almidón. Además, otros alimentos, entre ellos la leche, el queso y las nueces, contienen más triptófano que el propio pavo.

 

Fuente: muyinteresante.es