El intestino es un órgano visceral ubicado a la altura del abdomen, entre el estómago y el recto; forma parte del aparato digestivo y se divide en dos grandes porciones.

Las partes principales del intestino son el grueso y el delgado. Aunque  conforman un mismo órgano, cumplen funciones similares, pero específicas. Dichas funciones marcan una diferencia.

El objetivo de este órgano  se centra en sintetizar los alimentos, comenzando en el intestino delgado donde se degradan la mayoría; el resultado es absorbido por células epiteliales, dirigiéndolo al torrente sanguíneo para distribuirlas por el resto del organismo.

Dicho proceso culmina con el intestino grueso; éste sintetiza el bolo alimenticio, absorbiendo sales minerales y agua para convertirlo en materia fecal, que es expulsada posteriormente.

 

El intestino: importante y frágil

 

Sin duda alguna, la importancia de esta región del cuerpo contrasta con su fragilidad; aunque así suele acontecer con la mayoría de órganos internos. Está debilidad se asocia con la serie de sustancias que transitan por él.

Los trastornos intestinales son más comunes de lo pensado y se asocian con problemas digestivos; la manera más sencilla de localizarlos son las molestias relativas a la zona donde se sitúa.

Dolores en el abdomen, molestia estomacal e hinchazón, son los principales indicadores. No obstante, existen otro tipo de signos, menos comunes, encargados de delatar enfermedades o problemas en el intestino.

Con base en lo anterior les expondremos algunos de ellos. No se los pierdan.

 

Signos para enterarte de que tu intestino está enfermo

 

Ansiedad por el azúcar

Los grupos bacterianos que residen en el intestino sufren diversos desequilibrios, al aparecer relacionados con problemas ligados al consumo de dulces y otras sustancias azucaradas.

El problema con ello, es que en un principio al percibir el deseo por este componente lo consumimos de manera normal, pero con el pasar del tiempo se presenta ansiedad excesiva por comerlo.

Ingerir azúcar sin control puede provocar diversos problemas para la salud; uno de los más conocidos es el sobrepeso.

 

Problemas psicológicos

Muchos pensarán que el intestino se encuentra muy lejos del cerebro, como para ligarlos, sin embargo, la relación es bastante cercana.

Por lo tanto, problemas psicológicos como la depresión, el estrés y la ansiedad, pueden ser signos de alguna deficiencia en el intestino.

La serotonina es un neurotransmisor encargado de brindarle bienestar, tranquilidad y felicidad al organismo; ésta tiene su origen en el intestino, por lo menos, gran mayoría. Es por ello que el estado de ánimo advierte cómo se encuentra el órgano en cuestión.

 

Glucosa en exceso

Una de las principales funciones intestinales es la síntesis de los alimentos, donde por supuesto, también se encuentra el azúcar; si acontece alguna deficiencia en su funcionamiento los componentes entran en desestabilización.

La glucosa en exceso es uno de los principales problemas desbordados de tal problema; también conocida como azúcar en la sangre, da pie a enfermedades como la diabetes.

Además, los procesos metabólicos se interrumpen y el ciclo de transformación energética falla.

 

Piel afectada

Muchas son las razones por las cuales la piel puede verse afectada; los rayos del sol (UV), productos químicos, calor, frío, desequilibrio hormonal, entre otros. Sin embargo, existe un argumento poco común, pero real, que está relacionado con la función intestinal.

Cuando el tejido cutáneo se ve afectado con acné y otro tipo de eczemas, puede ser un signo de desequilibrio en el intestino.

Lo anterior se da por alteraciones en las bacterias que conquistan la zona; éstas provocan hinchazón y enrojecimiento en la piel.

 

Inestabilidad digestiva

Los problemas asociados con la digestión son quizá el principal signo de que algo no anda nada bien en el intestino. No obstante, ésta puede darse si cualquier órgano digestivo posee algún problema.

Con respecto a la función intestinal, no debe descartarse dicha posibilidad. Todo comienza con gases, hinchazón abdominal y diarrea; pertenecientes a la alteración en las bacterias encargadas de proteger dicho órgano.

Tal desequilibrio en la flora intestinal se da por la aglomeración de sustancias nocivas, las cuales imposibilitan la absorción nutritiva de la mayoría de alimentos.

 

Halitosis

Ligado a la deficiencia digestiva, la función estomacal puede verse interrumpida por el desequilibrio bacteriano en el intestino.

Los gases comienzan a ascender, llegando a la boca del estómago, provocando gastritis y malos olores, como la halitosis o mal aliento.

Fuente: mejorconsalud.com/