Cuando se toma la decisión de adoptar a un niño/a, considera estos puntos sobre su salud:

 

  1. ¿En qué estado de salud estará el niño cuando llegue a nuestro hogar? ¿En qué condiciones habrá vivido anteriormente? ¿Me fío de los informes médicos?
  2. En la mayoría de los casos los niños no tienen problemas
  3. La mayoría de los niños adoptados no tienen problemas serios de salud y, además, existen medidas para identificarlos e intervenir precozmente.
  4. El estado de salud de estos pequeños es, en general, bueno, aunque depende de su país de origen y de las condiciones en las que haya vivido el niño.
  5. Un reconocimiento médico y poner al niño al día de sus vacunas suele ser lo único que hace falta.

 

Revisiones obligadas

Desde el punto de vista sanitario, hay que considerar al niño adoptado como un grupo de riesgo ya que ha vivido situaciones de especial precariedad.

Por eso, para que los pequeños reciban una atención adecuada en nuestro país, hay que conocer previamente los posibles problemas de salud que puede tener el niño y las características del servicio sanitario de su país de origen.

Es muy importante realizarle un reconocimiento médico al pequeño en cuanto llegue a casa: de esta forma será muy fácil detectar y corregir precozmente los posibles de problemas de salud física o mental que pueda haber y el pediatra planificará los controles médicos que considere necesarios.

Además, esta primera revisión médica nos sirve para averiguar si el niño adoptado está vacunado.

En el caso de que no traiga certificados de vacunación, se establece un calendario provisional para ponerle al día en las vacunas siguiendo el calendario nacional de vacunaciones.

Fuente: serpadres.es