El  arte del Origami es una práctica tradicional de la cultura japonesa que consiste en realizar diferentes figuras haciendo dobleces en una hoja de papel, generalmente partiendo de una base cuadrada o rectangular.

Existen figuras muy sencillas y fáciles de hacer, incluso para un niño; pero también hay algunas bastante complicadas en las que hasta un japonés experto en origami batalla!

Aunque de primera impresión te podrá parecer que hacer una figura de papeles una actividad muy simple, en realidad al llevarla a cabo tu cerebro está trabajando mucho, puesto que al utilizar tus manos y dedos (cuyas puntas tienen algunas zonas con más terminaciones nerviosas en todo el cuerpo) estás estas enviando estímulos a los dos hemisferios de tu cerebro y por tanto, desarrollando diferentes habilidades, tanto mentales como físicas.

En niños pequeños la práctica del Origami tiene entre otros, los siguientes beneficios:

Incremento de la concentración: Para realizar una figura de papel es necesario seguir instrucciones muy precisas, por lo que el niño deberá poner mucha atención para poder conseguirla.

Desarrollo de paciencia y tolerancia a la frustración: Como existe la posibilidad de que la figura no se logre al primer intento será necesario repetirla, y aun cuando lo hayan conseguido, querrán hacerla una y otra vez, muy probablemente sin necesidad de seguir ninguna instrucción porque ya habrán aprendido a hacerla, mejorando así la memoria del niño.

Desarrolla la imaginación, ya que desde un principio es necesario visualizar la figura terminada, además de que los niños pueden elegir entre hacer las figuras que ya existen o inventar las propias, también pueden inventar juegos, historias y cuentos con las figuras que hayan hecho!

Ayuda a desarrollar el aprendizaje y el pensamiento lógico-matemático, puesto que  al mismo tiempo que se realizan dobleces simétricos para obtener figuras geométricas, se pueden aprender conceptos espaciales tales como “adelante-atrás” “arriba-abajo” etc.

Por último, es una actividad relajante que disminuye los niveles de estrés tanto en niños como en adultos, además también es divertida y muy satisfactoria.

 

Como te podrás dar cuenta, los beneficios del Origami no se limitan solo a los niños,

Para hacer una figura de nivel medio, se necesitarán al menos 15 minutos. Para una figura de nivel difícil, tardarías al menos media hora, tiempo en el que tu cerebro trabajará muy duro ayudándote a elevar la concentración y mejorar tu memoria.

Así, sin que te des cuenta estarás ejercitando tu cerebro. Además es una actividad que fácilmente puedes hacer en tu oficina, escuela o en casa, puedes hacerlo sola o junto con tus hijos (si es que tienes) lo único que necesitas es una hoja de papel, tus manos y echar a volar tu imaginación.

 

 

Fuente: srtagatanegra.com