La glándula tiroides es una glándula con forma de H o de mariposa ubicada en la base del cuello, justo debajo de la manzana de Adán. La tiroides produce hormonas que regulan el ritmo cardíaco, la presión arterial, la temperatura corporal y el peso, es decir el metabolismo del cuerpo.

En Estados Unidos se estima que en 2019 se diagnosticaron 52,070 nuevos casos de cáncer de tiroides, siendo el sexto cáncer más común en las mujeres.

Síntomas

El cáncer de tiroides generalmente no causa ningún signo o síntoma en las etapas tempranas de la enfermedad. Con frecuencia el cáncer de tiroides se encuentra por casualidad cuando un paciente se realiza un estudio de imagen del cuello como ultrasonido o tomografía por otra razón.

A medida que crece el cáncer de tiroides, puede causar:

  1. Un bulto que se puede sentir a través de la piel del cuello.
  2. Cambios en su voz (ronquera).
  3. Dificultad para tragar.
  4. Dolor en el cuello y la garganta
  5. Ganglios linfáticos inflamados en el cuello.

Causas

No está claro qué causa el cáncer de tiroides. El cáncer de tiroides ocurre cuando las células de la tiroides sufren cambios genéticos (mutaciones). Las mutaciones permiten que las células crezcan y se multipliquen rápidamente. Las células también pierden la capacidad de morir, como lo hacen las células normales del cuerpo. Las células tiroideas anormales acumuladas forman un tumor. Con el tiempo, las células anormales pueden invadir el tejido cercano y pueden extenderse a ganglios del cuello y a otras partes del cuerpo.

Los factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides incluyen:

  1. Sexo femenino (el cáncer de tiroides es mas frecuente en mujeres que en hombres).
  2. Exposición a altos niveles de radiación (por tratamientos de cáncer en la juventud, o por exposición a radiación de accidentes nucleares o pruebas de armas).
  3. Ciertos síndromes genéticos hereditarios (como el síndrome de neoplasia endócrina múltiple) 

¿Cómo se establece el diagnóstico?

Examen físico. Su médico le preguntará sobre sus factores de riesgo, buscará cambios físicos en su tiroides y revisará los ganglios del cuello.

Análisis de sangre. Los análisis de sangre ayudan a determinar si la glándula tiroides está funcionando normalmente, el más importante es la hormona estimulante de tiroides TSH por sus siglas en inglés: thyroid stimulating hormone.

Estudios de imagen. El estudio más común y sencillo es un ultrasonido de cuello que permite ver la tiroides y los ganglios del cuello para ver si hay nódulos sospechosos.

Biopsia. Si el ultrasonido u otro estudio de imagen determina que un nódulo tiroideo es sospechoso, la forma más sencilla y efectiva de establecer el diagnóstico es mediante una biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF).  Para esta estudio, con la guía del ultrasonido se usa una jeringa para extraer muestras del nódulo tiroideo sospechoso y estas son enviadas a patología para su estudio bajo el microscopio.  Es mediante esta biopsia que se establece el diagnóstico de cáncer de tiroides. 

 

Fuente: https://www.salud180.com/salud-dia-a-dia