La desaparición y exterminación de las abejas va en aumento. El avance de la industrialización o el uso de tóxicos son solo algunas de las razones por las cuales contamos con menos de estos insectos en el planeta cada día.

Según las más recientes estadísticas de Greenpeace, en Estados Unidos, las desapariciones de abejas han llegado a 42% entre abril de 2014 y abril de 2015.

Pero, ¿porqué son importantes las abejas? Estos insectos, que son una evolución de las avispas, son los agentes polinizadores más relevantes del ecosistema.

“La aportación principal de las abejas sobre la faz de la tierra es la polinización, son el agente polinizador por excelencia”, especificó el agrónomo Jaime Soto a Mi Puerto Rico Verde.

La polinización es el intercambio de polen entre las flores y su principal motivo es lograr la reproducción de cualquier tipo de semilla y de frutas, proceso fundamental para el mantenimiento de la vida sobre la tierra.

Según explicó Soto, de cada 10 cosas que comemos, al menos cinco han tenido acción directa de las abejas en un 75 u 80 %. Esto quiere decir que “sin abejas no hay polinización y sin polinización no hay comida”.

Al igual que las abejas, existen otros agentes polinizadores como las avispas, las mariposas y otros insectos. Además, entre el grupo de las aves también se encuentran pájaros que se destacan como agentes polinizadores, como los colibríes.

Por su parte, los mamíferos se suman a la lista de los animales que pueden transportar el polen. Son los voladores, como los murciélagos, o los roedores, como los marsupiales australianos, los que se destacan en este rol natural.

En el caso de la polinización a través de las abejas, “está probado una y mil veces que puede haber cinco veces más producción agrícola”, dijo Soto. Son los pelos que rodean el cuerpo de las abejas las herramientas principales, entre otras, para ayudar a los insectos a recoger el polen de las flores y transportarlo.

Además de establecer exitosamente el proceso de polinización, muchas personas recurren a la apiterapia para inyectarse apitoxina o “veneno de abeja”, y así aliviar la posibilidad de desarrollo de artritis común. De igual manera, recurren al uso de la miel en vez del azúcar tradicional para endulzar sus alimentos o incluso tratar enfermedades de una manera orgánica.

Entre los factores que amenazan a los polinizadores, están la pérdida de hábitats, las prácticas de la agricultura industrializada, el uso de plaguicidas y los impactos del cambio climático.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés), el informe “UNEP Emerging Issues” detalla que el declive de las abejas está ocurriendo en todo el mundo.

 

¿Hay alguna solución?

Evitar el uso de tóxicos y fomentar el consumo de los productos ecológicos son solo dos soluciones que se contemplan como necesarias para la conservación de las abejas.

Sin embargo, erradicar la exterminación de estos insectos ayudaría a salvar las abejas. A través de la educación y campañas de concientización, se establece la reacción correcta ante un encuentro con abejas. Matarlas no es una opción.

“Las abejas son los polinizadores más importantes y si las matamos, nos matamos a nosotros mismos”, añadió Soto.

Cursos de apicultura y servicios de las agencias gubernamentales promueven el manejo correcto de estos insectos.

Por ejemplo, el Departamento de Agricultura de Puerto Rico y la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias (Aemead), cuentan con un programa de manejo de enjambrazón en la Isla.

Con esta iniciativa, el ciudadano reporta una querella sobre aparición de abejas en un lugar público o en su residencia. Apicultores de cada pueblo se encargarán de recoger las colmenas en cajas provistas por las agencias y podrán sumar las abejas a su apiario.

Según Pedro Juan Sierra, uno de los apicultores que recibe casos de retiro de colmenas, el costo de la tarea puede variar debido a la exposición a las abejas, las herramientas utilizadas y la localización, entre otros factores.

“Mientras se pueda salvar la colmena se hace lo imposible por hacerlo. Existen situaciones difíciles que requieren un esfuerzo adicional para sacarlas, pero hay que hacerlo. Gracias a las abejas estamos viviendo”, destacó el apicultor de Aguas Buenas.

Sierra estimó que el costo puede comenzar desde $150 y que el nivel de dificultad y la prontitud con que se requiera remover las abejas también pueden influir al momento de determinar cuánto se cobrará. Al finalizar la tarea, Sierra amplía su número de abejas en su apiario.

 

 

 

Fuente: miprv.com