Lo primero que los niños quieren hacer al llegar a la playa es ir al agua, pero en ocasiones hay unos animalitos que aunque pueden resultar muy llamativos y den ganas de tocarlos, son muy molestos cuando pican porque producen mucha irritación y ardor: las medusas.

Las medusas, también conocidas como “aguas vivas”, son criaturas marinas que suelen verse en las costas de distintos países. El cuerpo de la medusa es casi transparente, tiene una apariencia gelatinosa y está bordeado por tentáculos con cientos de células urticantes o nematocistos. 

Sólo basta con rozar una medusa para que sus nematocistos expulsen su contenido tóxico y produzcan dolor y ardor. Minutos después de la picadura, la piel se enrojece y se hincha y puede que aparezcan ampollas. Hay que tener mucho cuidado porque aunque la medusa esté muerta, sigue liberando su veneno, por eso no hay que acercarse ni tocarla nunca.

Para calmar la sensación que produce la picazón de una medusa o agua viva, hay que seguir estos pasos:

  • Salir inmediatamente del mar y evitar rascarse
  • Lavar la zona de la picadura con agua de mar
  • Nunca frotar la piel con arena ni lavar con agua dulce, porque esto dispersa la toxina y aumenta la irritación. 
  • No aplicar hielo directamente sobre la piel porque al estar hecho con agua dulce es peor
  • Aplicar vinagre en la zona herida para desecar los restos de tentáculos, esto calmará el ardor
  • En caso de que el niño presente problemas para respirar, inflamación en la lengua, molestias en todo el cuerpo o que haya sido picado en el ojo o en la boca, llamar a una ambulancia inmediatamente.

Como estos seres marinos viajan juntos, al ver una medusa lo mejor es evitar bañarse o cambiar de playa, porque aunque sólo una esté a la vista, seguramente en la orilla haya más. 

Y finalmente, no olvidar la botellita de vinagre en el bolso de playa.

 

Fuente: planetamama.com